Una vida pensándose en voz alta.

Un cuerpo piensa.
Una mente desea.
Una palabra vibra.

Potencia latente, fuego en reserva, verdad encarnada.

Will you see me in the end
Or is it just a waste of time (...)
Shine a little light

—Hamburg Song, Keane

✨ ARQUETIPO PROYECTADO

La Que Se Escribe Mientras Vive

No vengo a mostrar la obra.
Vengo a ser la que la encarna.

Esta no es una obra cerrada. No nace para gustar. Escribo porque algo en mí no puede dejar de arder. Y ahora sé que el fuego no es solo para mí: es para quien lo necesite, cuando lo encuentre. Esto es la Obra: una forma de pensar, de sentir, de estar en el mundo. Y si un día se publica, será porque está lista para ser leída en voz alta.

Aunque nadie la lea. Aunque nunca se imprima. Aunque no tenga final.


Primer fragmento compartido

Una escena simbólica. Un ritual de entrada. Una promesa encarnada.

La entrada más larga de mi vida

George sonríe: su obra maestra.

Es Keane.
El mismísimo Keane cantando Strangeland.
Lloro tanto que le mojo el traje a mi amor.
Mientras Tom se acerca, Lewis y yo nos disolvemos enlazados por las manos, en un beso que sale del alma.

De repente, todos miran hacia la entrada.
Incluso el monarca y el caído, que se escabulleron por el costado.
El pequeño demonio duerme y ronca.
La arrogancia joven piensa: “yo soy mejor que todos”.
El estratega implacable deja caer una lágrima.
El sabio de la estrategia sonríe. Guardó los pasajes.
El general dice: “casi no vine, hermano”.
El mensajero nos pide una selfie.
La amiga verdadera grita: “¡mi amiga!”
La analista se acomoda los anteojos para ver mejor.

Y entonces, entramos de nuevo.
Lewis, con manchas de lágrimas, de rímel y de pintura de labios.
Y yo… me siento el centro del mundo.
Aprieto fuerte su mano, en agradecimiento.

—You are so splendid —me dice.
You are the spark, the home, and my soul —le contesto.

Dejo de llorar.
Expando el pecho.
Acompasamos los pasos y entramos al ritmo de Strangeland.

Todos aplauden.
Y por mi cabeza pasa toda mi historia:
los días de llanto, de represión, de Superyó perverso,
las coquitas, el deseo, la academia, los apuntes,
los llantos con Tito, los silencios con Josefina,
el mar que me recuerda a Corrientes.
Todo pasa como una película.
Y ahora sí, todo tiene sentido.
Mi historia y la de mi amor.

Están todos. No falta nadie.
Hoy nos unimos.
La iluminación es total.

Fue la entrada más larga de mi vida.
Yo, que estaba acostumbrada a llegar tarde y a hurtadillas,
como si no mereciera ser vista.

La arrogancia joven insiste: “yo soy mejor que vos”.
Y yo le contesto:
—Andá a cagar. ¿Vos podés ponerte un vestido rojo y entrar con tu amor de la mano?

La arrogancia llora.
Lewis ríe.
Lo miro a mi lado y me doy cuenta: me iluminé.

Por fin estoy en casa.
Y me apoyo en su hombro...
y me dejo llevar.

Escribí esta escena cuando aún no sabía si era posible.
Pero ya la habitaba.
Y hoy la dejo acá, como primer acto de fuego compartido.

Yani, mayo 2025

🛠️ Proceso actual:

🩸 Escritura encarnada

🌒 Lo que pienso también me transforma.

No prometo nada.
Pero puede ser que cumpla.

© Yanina TorresPensar. Encarnar. Mutar.

Hecho en Argentina con fuego lento.
yo@soyyaninatorres.com