La completa libertad de todo lo que nos oprime.

Un cuerpo piensa.
Una mente desea.
Una palabra vibra.

El Buda sonriendo bajo un árbol

🌸 El nombre que callé hasta que me habitó

Una de las decisiones más transformadoras de mi vida fue tomar refugio en la Triple Joya: el Buda, el Dharma y la Sangha. No fue una decisión impulsiva ni unilateral. Siento que el Buda me eligió como su hija, y yo también lo elegí como padre y amigo espiritual. No hubo casualidades en ese encuentro: haberlo encontrado fue un privilegio. A veces me pregunto qué habré hecho para merecerlo.

En 2022 recibí mi nombre espiritual: Ngawang Nyingje Dolkar. En la tarjeta enviada por la Fundación Sakya figuraba una sola palabra como traducción: Compasión. En ese momento, esa palabra no me resonaba. Pero con el tiempo, cobró todo el sentido. La compasión —no solo hacia los demás, sino también hacia mí misma— se volvió uno de los pilares más profundos que me enseñó el budismo.

El Buda no exige perfección ni fe ciega. No es dogma ni represión. El Buda habilita la duda, la libertad, la humanidad.

Hoy, conversando con Josefina, me di cuenta de que ser budista me permitió habitar lo que soy. Aceptarme desde una decisión consciente. Cuando me preguntaron “¿quién sos?”, la primera respuesta que brotó como un rayo fue: soy budista. No como etiqueta, sino como un marco que sostiene, integra y guía.

Días atrás volví a mi nombre espiritual. Investigando, descubrí que no se trata solo de compasión:

  • Ngawang es libertad de expresión, dominio sobre la palabra.
  • Nyingje es compasión activa: el movimiento del corazón que transforma el dolor en despertar.
  • Dolkar remite a Tara Blanca: sabiduría femenina, serenidad con potencia, transformación sin violencia.

Comprender el sentido de ese nombre fue descubrir una promesa encubierta. Y elegí encarnarla. Elegí mostrarla porque es mi nombre verdadero. Es brújula, es destino. Es libertad sin dogmas ni rigidez. Puedo ser humana, demasiado humana, y bodhisattva sin que sea una contradicción. Así de grande es el corazón del Buda.

Ngawang es Yani cuando se acuerda.
Ngawang es Yani sin miedo.
Ngawang es Yani que camina.
Ngawang es Yani que se elige.
Ngawang es la promesa de iluminación que me honra construir.

Gracias al Buda, gracias al Dharma, gracias a la Sangha.

— Ngawang Nyingje Dolkar, bajo el árbol

Que todos los seres de todos los mundos sean felices

De la tradición Sakya. No necesito más credenciales.

© Yanina Torres
Pensar.
Encarnar.
Mutar.

Hecho en Argentina con fuego lento.
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